El Barça picado por no sentenciar al Arsenal
Al vestuario le dolió no ganar su partido perfecto y se conjura para vencer al Arsenal en la vuelta
Messi y sus cuentas pendientes En sus seis viajes a Inglaterra, el Balón de Oro no ha marcado ningún tanto
Tenían en la mano la clasificación para las 'semis' de la
Champions pero se les escurrió como un pez sin agua. Vivían disfrutando de un fútbol espectacular, matemático y de toque, con el
Emirates Stadium guardando silencio en señal de respeto, y ahora saben que los deberes están por hacer. Podían administrar la presión en una semana clave con el
Real Madrid y el título de
Liga esperando y tocará apretar los dientes. El
Barça navegaba con viento a favor, exhibiéndose, y el 2-2 final les dejó estupefactos.
Salvo alguna excepción, más festiva y nostálgica que profesional, las caras de los azulgrana sobre el césped del estadio inglés delataban lo que estaba a punto de suceder en la intimidad del vestuario. Muchos exteriorizaron allí su rabia por perder semejante ocasión. Se escuchó algún improperio irreproducible y alguna pregunta en voz alta sabiendo que nadie la iba a responder. "¿Cómo es posible?".
Pep no habló en exceso, prefiere tomarse unas horas de reflexión. El mensaje esencial ya lo había transmitido en el descanso cuando el electrónico reflejaba un inexplicable 0-0 después de multitud de oportunidades. "Podemos jugar muy bien pero sólo vale el resultado", les advirtió. Sus jugadores entendieron el recado pero algo falló. Unos errores imperceptibles dieron al traste con el esfuerzo realizado hasta entonces. Ganaban ofreciendo espectáculo, como se logran los títulos, y se dejaron empatar.
La espina clavada de Messi
El vestuario está chafado pero también enojado, picado. No volverá a suceder, se dicen unos a otros. En los corrillos de los jugadores, en esos que se forman buscando causas y soluciones, se habló de salir a ganar a los 'gunners'. El factor campo es a favor. No hay que renunciar al estilo ni especular con el resultado de la ida. Sin
Piqué ni
Puyol pero con un par. ¡Ah! y con
Messi. El argentino era uno de los enrabietados. Seis desplazamientos a
Inglaterra y ningún gol. Además fue sustituido. Cuando tiene una espina clavada, no tarda en quitársela.
Les duele, esencialmente, porque practicaron setenta minutos sublimes. Nadie puede reprocharles nada. Es el camino a seguir. Estuvieron perfectos hasta que el
Arsenal puso una marcha más con
Walcott. Con un poco más de atención, aseguran los jugadores, la ronda no se puede escapar.
Sólo hay que atinar en las ayudas, afinar en la distancia entre líneas, no dejar espacios, colocarse adecuadamente. Jugar de memoria, con los automatismos de siempre. Que cada uno sepa qué debe hacer en cada momento, estar atentos y anticiparse en todo. Y, sobre todo, contundencia hasta el final. No dejarse ir porque se vea la luz al final del túnel. La Champions no suele perdonar los deslices. Así es, en síntesis, lo que piensa el vestuario, lo que se dijeron unos a otros, lo que después de la ducha se leía en sus caras.
Quizá sea lo mismo que Pep les comentó en la sesión de ayer en el
Ciutat Esportiva pero con una salvedad: hay que olvidarse del Arsenal y aplicar todas las correcciones ante el
Athletic. Cambiar de chip. La Liga está en juego porque no es lo mismo llegar al
Bernabéu como co-líderes que con desventaja. Paso a paso y con cuidado.